Para un equipo pentacampeón de Europa una derrota era inadmisible, más con Santiago Bernabéu llevando las riendas del club más exitoso en ese entonces. Perder una final para el Real Madrid era una catástrofe y traía consigo consecuencias muy severas. En el caso de la leyenda del club Alfredo Di Stéfano, no fue una excepción.
El club blanco se encontraba en Viena para disputar una nueva final de la copa de Europa en el año 1964, allí lo esperaba el poderoso Inter de Milán de Helenio Herrera. En Madrid quedaba el recuerdo de que en su último intento de conseguir su sexto título se tropezaron contra el Benfica de Eusebio, por lo que otra derrota era inadmisible para un club que había levantado aquel trofeo 5 veces.
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Sin embargo, el cuadro español no llegó con el mejor ambiente dentro del vestuario. Di Stéfano no se encontraba de acuerdo con el planteamiento de su entrenador Miguel Muñoz, ya que al ser consultado por la posición de su compañero Isidro, como lateral, expresó su desacuerdo.
La posición del entrenador se debía al lateral italiano Giacinto Fachetti, jugador con mucha proyección en ataque y vocación para el gol. La idea de Muñoz era plantar un hombre ahí que lo esperara siempre, pero ‘La Saeta Rubia’ pensaba que esa decisión le ‘regalaba’ el mediocampo al Inter, y que, en cambio, si Amancio jugaba por aquella banda, el lateral italiano no subiría por precaución del rápido extremo español.
Una derrota que costó la salida de Di Stéfano
Al final se impuso el planteamiento del entrenador y la cosa no salió bien. El Inter ganó 3-1 con mucha superioridad en todas las facetas del encuentro. Pasado el partido hubo tensión entre el jugador y el técnico. Regresando de Austria, Alfredo Di Stéfano convocó a reunión con el presidente Bernabéu. En dicha conversación el atacante se sintió menospreciado con la oferta de renovación del club y las palabras del presidente. De esta forma, el exatacante decidió romper lazos con el club de sus amores.
